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5.6.09

injerto de bellota

Este artículo me lo publicaron en la bonsai autóctono número 70, he encontrado los restos de cuando lo había montado y los he recuperado para el blog, además tengo algunas fotos para ampliarlo.

INJERTO DE BELLOTA

Autor: Alberto Baleato


Desde siempre el roble ha estado muy ligado al pueblo gallego, no sólo por su gran presencia en nuestros montes, sino también en nuestra cultura y en nuestras tradiciones. Todo esto lo ha convertido en un árbol emblemático, que siempre he deseado recrear como bonsai.

LA IDEA
El arbolito protagonista de este artículo es mi primer yamadori de roble, y a pesar de que al principio ocupó un puesto muy destacado en mi colección, fué quedando olvidado en un estante, hasta que un día, conversando con mi gran amigo Leo, surgió la idea de un posible método para mejorarlo.
Con el tiempo, al comentar esta idea con otros aficionados al bonsai y ver su interés por ella, me decidí a escribir este artículo, para que alguién más pueda sacarle partido y corrija los errores que yo haya podido cometer.

LA TÉCNICA
Este método es una mezcla del tradicional injerto de raíces y el injerto por perforación, con la variante de que en vez de usar plantones pequeños de la misma especie, utilizamos semillas, en este caso bellotas.

LA PRÁCTICA
El día de la operación salí a recolectar las bellotas al monte, seleccionando las más idóneas, aquellas que ya habían germinado y tenían la raíz principal (pivotante) bastante desarrollada. A continuación, hice un agujero de un par de milímetros de diámetro en los puntos que necesitaban nuevas raíces, e introduje la raíz pivotante recién germinada de la bellota por este agujero, sellando después con pasta cicatrizante. Para finalizar cubrí todo con musgo de fibra larga y lo humedecí. En unos días empezaron a emerger los nuevos arbolitos, que se cultivaron durante una estación de crecimiento, abonándolos en abundancia.

Aspecto que mostraba el árbol en el momento de la recuperación visto de lado, el frente está girando unos 45º el árbol en sentido de las agujas del reloj.




Primer modelado visto de lado .

Frente y aspecto del árbol antes de iniciar los injertos, después del primer modelado y del transplante.

Febrero de 2005. En los lugares donde deseamos nuevas raíces se practican los agujeros con un taladro a baja celocidad para no quemar el cambium y se repasan los cortes con una herramienta bien afilada.

Una bellota óptima para el injerto. La raíz es suficientemente fina como para pasar por el agujero realizado.

Puedes ver la bellota colocada; solo falta sellar con pasta cicatrizante y cubrir con musgo.

El bonsai una vez terminada toda lo operación. Se han injertado varias bellotas.

Octubre del 2005. Después de una temporada de crecimiento, podemos ver cómo los nuevos arbolitos han soldado perfectamente. Se ha cortado la rama que nacía del frente y se ha aprovechado uno de estos plantones para injertar una rama en un lugar más adecuado mediante perforación. La misma bellota ha dado lugar a una raíz y a una rama.

Vista en detalle de los injertos.

Una vez cortados los plantones, protegeremos los cortes con pasta selladora.

El árbol listo para el transplante. Se ha aprovechado para cortar las ramitas sobrantes y ordenar la copa, ya que se había dejado vegetar libremente durante toda la estación de crecimiento.

Utilizo tiras finas de rafia para situar mejor las nuevas raíces; gracias a estas nuevas raíces he podido acortar más el sistema radicular proveniente del campo.

Se transplanta el Bonsai en akadama bastante gruesa, para que desarrolle bien, y se coloca en un invernadero frío para protegerlo de las heladas. La maceta es expresamente, grande para cultivarlo mejor, puesto que aún le queda un largo camino por recorrer hasta convertirse en el bonsai que pretendo.




CONCLUSIONES

He probado esta técnica este año con mucha satisfación, ya que he encontrado lo que me parecen algunas ventajas con respecto a otras técnicas de injerto de raíces:

- Es un técnica facílisima de hacer, apta para cualquier aficionado.

- La efectividad es altísima, en mi prueba un 100% de éxitos.

- No se necesita transplantar el árbol para realizar el injerto.

- La raíz queda unida de forma más natural al árbol.

- El desarrollo del nuevo arbolito, y con él, el de la raíz es enorme: pasa de una raíz de menos de un milímetro de grosor a un plantón de 6 o 7 mm. Así, la nueva raíz queda unida en solo una temporada de creciminto, y la cicatriz que queda al cortarlo es muy pequeña- 1mm de diámetro-; esto también es importante para el futuro aspecto del bonsai.

- En mi prueba el árbol es pequeño y podemos sacar las raíces de la bellota por el otro lado del agujero al momento. En troncos más gruesos, solo necesitamos hacer el agujero de un calibre un poco superior y colocar la raíz lo más profunda posible, ella sola al ir creciendo buscará la salida por el otro lado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena entrada kingii...

Me parece muy importante la experimentación con difentes técnicas para enriquecer la "formación japonesa" que llega a occidente...

Una cosa más, el roble al igual que las coniferas tienen micorrizas por lo que al trasplantar a raiz desnuda se perderian, no? como solventas este problema?

Gracias por todo.

Un saludo.

Tamame.

alberto dijo...

transplanto casi todo a raíz desnuda sin problemas, incluso lavo las raíces con manguera y sin problemas, date cuenta que las micorrizas son un hongo que forma simbiosis conlas raíces por lo que están aderidas a él, e incluso dentro de ellas (endomicorrizas) por lo que se vuelven a desarrollar en poco tiempo sin problemas. Además piensa en cuando un árbol pilla una plaga de hongos dañinos lo difícil que es erradicarla, si los hongos se muriesen solo con unmanguerazo no habría fungicidas...esto es mi opinión, claro, cada uno tendrá la suya, pero bueno, a mi no me da problemas
un saludo

Anónimo dijo...

hola alberto saludos
soy adolfo
tengo que decirte que siguo tu blog y toda tu experiencia en japon lo que he encontrado muy excitante ,
sigo tus trabajos
un abrazo adolfo