Esta sabina llevaba en casa unos cuantos meses y nadie se había fijado en ella por razones más que evidentes, a pesar de su bajo precio no tenía nada atractivo, era un tronco casi cilindrico, con poca madera y prácticamente recto, así que llevaba tiempo dándole vueltas a hacerle algo que le diese un poco de atractivo
Así que la semana pasada cuándo fuimos a trasplantar a casa de Luis le robé este trozo de madera que tenía por casa para adornar con la idea muy clara de lo que quería hacer
solo me llevó unos minutos encajarla, ya que las curvas eran prácticamente idénticas y apenas tuve que ajustar un poco con las tenazas unos trocitos de madera para que el acople fuese óptimo
en la parte trasera habrá que repasar un poco, pero nada dificil, y poner un par de tornillos ocultos para que sea permanente
y este es el resultado despues del trasplante, realmente no se bien como definirlo, no es un tanuki ni un adaptado, es más bien un arrimado...
4 comentarios:
y a mí ,es lo bueno de la imaginación y los conocimientos ,uniendo dos cosas surge una maravilla enhorabuena
Indudablemente la calidad del conjunto es mucho mejor que la del árbol original. Hay que desterrar la idea de que estos trabajos son "trampas", con el significado peyorativo que acompaña a esta palabra. Yo más bien diría que son "recursos", de los que hacen a mansalva los japoneses aunque aquí creamos que no. Tú lo sabes bien.
Un abrazo
La verdad es que con estas pequeñas "trampas" podemos mejorar increiblemente la calidad de nuestros árboles...como bien dices juan, los japoneses también las hacen y mucho...este año en la kokufu de hecho encontramos un par de ellas bastante cantosas...
ya saldrán las fotos en su momento en el blog de el Tim
Coincido con Juan, éste es un recurso más. De un árbol sin muchas posibilidades has sacado un proyecto más que interesante.
Un abrazo
Publicar un comentario