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1.1.09

no todo es doblar


No guardo fotos del principio de este pino, me lo traje porque tiene un primer tramo bestial, con una corteza muy, muy buena para su tamaño, mucho movimiento y madera seca, el problema es que tenía ramas de 1,50 metros.
La intención era hacer un árbol de unos 20 cm más o menos con todo ese potencial del primer tramo.

Aunque consiguiese doblar las ramas el aspecto final iba a ser horrible, solución autoinjerto.


Nunca lo había hecho, me guié por lo que había leído en algunas revistas, hice una muesca en la rama y dos laterales en la subrama a injertar, y lo até fuerte con cinta aislante, en estas primeras fotos se puede ver un poco como quedó.





Esto fue en el mes de abril, a lo largo del verano fui sacándole bocados a la rama por detrás del injerto para forzarla a que cogiese la sabia del patrón, y tuve que sacar la cinta aislante un par de veces ya que se estaba clavando y sustituirla por otra nueva.





En octubre saqué la cinta definitivamente y este es el aspecto que mostraba, solo tuve un pequeño error, pasable por ser la primera vez, que fue hacer los injertos muy superficiales, por lo que al cicatrizar hicieron un poco de bulto.





De los tres que hice creo que han agarrado todos, ya que ya son más gruesos después que antes del injerto, pero todavía no me he atrevido a cortarlos, este año quiero transplantar el pino y cuando este brotando fuerte separarlos.
Si os fijáis en esta última foto el injerto tiene ramas antes y después de la herida, esto lo hice para probar si al cortarlo la rama que está antes se mantiene viva, lo que significaría que hay movimiento de savia en las dos direcciones, sé que en los juníperos funciona, ¿pero en los pinos?

Fijaos también en la cantidad de yemas con las que ha retrocedido, signo de su buena salud.

1 comentario:

mccalan dijo...

Interesante.......Un saludo...